MAESTRO A MUCHA HONRA
>> viernes, 3 de julio de 2009
Por: Luís GuerreroÉl era un profesor más bien rígido y convencional. De esos que ocupaban las horas en dictar conceptos o datos que ya figuraban en los textos escolares y hacían copiar el pizarrón en absoluto silencio. Adusto, parco en el saludo, instalado en la fórmula del usted cuando respondía preguntas, era difícil comprender a simple vista por qué los niños de esa escuela lo querían tanto. El diálogo con los estudiantes, sin embargo, revelaría después la razón de esa unánime identificación con un maestro tan acartonado. El profesor Pedro siempre nos escucha, confesaron. Nos deja contarle nuestras cosas. Sólo nos pide que le hablemos en el recreo o después de clases. Los demás, nunca tienen tiempo para nosotros.
2 comentarios:
De mucho interés las reflexiones de Lucho Guerrero, recurriendo a la anécdota para hacer evidente algo que pocos saben: que muchos docentes consideran fundamental que los estudiantes aprendan a aprender y que más importa la comunicación empática con ellos que saber mucho conocimiento teórico. Exactamente al revés de lo que hace el Ministerio de Educ. con sus "capacitaciones" y "evaluaciones".
Pero también debemos poner el cuestión el mismo vocablo "maestro", tan devaluado y desprovisto de significado en los últimos tiempos. Se le dice así al chofer, al carpintero, al gasfitero, al albañil...hasta hay una tienda grande que vende muchas cosas que se llama "maestro", ¿por qué? ¿será que maestro se ha vuelto una palabra polisémica?
Por mi parte prefiero decir educador o educacionista, ya no maestro.
No cabe duda que hay que saber lo que se enseña, pero es allí donde muchos creen que empiezan y se acaban los requisitos de la buena docencia. Los maestros que más credibilidad y aceptación tienen entre sus alumnos son los que les demuestran interés y respeto, los que creen en ellos y están siempre disponibles para sus preocupaciones. Para quienes piensan que la ciencia de enseñar se reduce a manejar instrumentos, les diré que esta actitud no se reemplaza con ninguna metodología ni material educativo. En efecto, el saber pedagógico es característico de la profesión docente y no tiene menor relevancia que el saber disciplinar que requiere el manejo del currículo. Gracias al colega por su inspirador comentario.
Publicar un comentario